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domingo, 19 de febrero de 2006

Las falacias del nacionalismo incívico (III): ¿La nueva religión?

Apelación al sentimiento, «la nación» como elemento suprahumano, el uso y adoración de simbología u otros elementos culturales identificativos (banderas, lenguas, etc.), «profetas» o «imames» como Pompeu Fabra o Sabino Arana y masas de seguidores «entusiastas» (sean quienes sean), establecen una gran identificación entre los nacionalismos etnicistas y determinadas expresiones del sentimiento religioso, sobretodo si se tiene en cuenta que la religión es un factor claramente étnico.


Por citar uno de los movimientos de interpretación del sentimiento religioso, el que más relevancia tiene en estos días es muy probablemente el islamismo (no el Islam) que por su estructura y conceptualización política, y por su tradición de influir fuertemente en todos los aspectos de la vida de sus seguidores o practicantes, junto con el nacionalismo que utiliza cualquier elemento de la vida de los ciudadanos que se ven instados a «vivir en» alguna de las doctrinas de la fe, son potencialmente aliados.

¿Contra que? Otra característica común que comparten es la disconformidad con el mundo occidental demócrata liberal o constitucional en sus valores como igualdad o la libertad de expresión y la defensa de estos valores en otros países, manifestada en ocasiones en forma de vandalismo e incluso terrorismo. Las imperfecciones del mundo occidental agravan la diferencia.

¿Cuál es la realidad? Los movimientos nacionalistas e islamistas poseen muchos elementos comunes al estar basados alrededor de elementos culturales o étnicos (raza, lengua, religión,...). Teniendo en cuenta que cada persona pueda sentir estos elementos culturales de forma distinta o en diferente grado, lo cierto es que provocan en general un movimiento seguido de un gran número de ciudadanos. La utilización de este sentimiento por los políticos se podría considerar de dudosa legitimidad y las consecuencias de los extremismos a los que se llega por parte de ciertos sectores son conocidas. ¿Hasta que punto se puede mezclar sentimiento con política?
Por cierto... ¿y si le hacemos una caricatura a alguno de los de la foto?

Actualización (13/08/07)
Así que, si bien no parece que sea una nueva religión, parece que sustituye el hueco dejado por la misma, de forma que al igual que el islamismo es una forma de entender la religión donde el ser humano está en segundo plano, el nacionalismo es una forma de enteder la nación en donde igualmente se superpone a esta sobre el individuo. En estos movimientos prima la ausencia de razón y predomina la fe o el amor a la patria, lengua, etc, no existiendo límite a priori para sus actuaciónes siendo objeto de utilización por parte de algunos políticos. Se podría decir que realmente, la base y fundamento de estas formas de expresión es la misma, es decir, el radicalismo como forma de entender un determinado concepto cultural. Para ello son susceptibles de utilización o de difusión, doctrinas como el nihilismo o pensamiento débil, al dudar de todo conocimiento o condición religiosa adquirida, y poder ser sustituidas por el concepto nación u otro deseado por la clase dirigente en cuestión.

¿Que otros ejemplos similares existen?. Naturalmente, el deportivo o más en concreto el futbolístico y sus legiones de acerrimos seguidores.

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