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sábado, 28 de octubre de 2006

LA FALACIA DEL HISTORIADOR

No podía faltar en esta bitácora una referencia a un término creo que poco conocido, pero de gran ayuda para entender ciertas tergiversaciones de la historia, difundidas en muchos casos para apoyar tesis de exáltación nacionalista de toda índole, o para pretender justificar el deseo de retorno a repúblicas pasadas, por citar dos ejemplos familiares.

Se pretende encuadrar dentro de este término, casos y ejemplos de falacias en el ámbito historico que son difundidas actualmente, o que lo fueron en algún momento reciente y aún perduran (el considerar cuando está mentira se convierta en parte de la historia, sería un caso aparte)

El término en cuestión es, tal y como se recoge en la Wikipedia, la Falacia del Historiador. El artífice de este concepto es el profesor de historia de la Brandeis University, David Hackett Fischer y nos cuenta, dicho en pocas palabras, que interpretar la historia o sucesos ocurridos en la antiguedad, en base a un conocimiento adquirido con posterioridad o incluso, recientemente, es un error. Si a esto le añadimos una intencionalidad, tenemos la falacia.

¿Por qué se ha escogido este estudio? La posibilidad de aplicar el método científico en la Historia y Ciencias Sociales es complicada, pero dentro de la definición del mismo, es posible aprovechar el trabajo de un investigador independiente, en base a aplicarlo a diferentes casos de interés y estudiar las conclusiones, además de intentar estimular el pensamiento crítico.

Por tratarse de un autor proveniente de la historiografía anglosajona, y por su relación con la Historia española, se ha escogido el siguiente fragmento de este documento donde se resume su trabajo:
Considérese, por ejemplo, un problema interpretativo mayor, la derrota de la Armada española en 1588. Algunos estudiosos han sugerido que este suceso causó el declive del imperio español y el ascenso del británico. Pero Garrett Mattingly replica que “es difícil verlo de ese modo. En 1603 España no había perdido ni una sola de sus posiciones marítimas ante los ingleses, mientras que la colonización británica de Virginia se había pospuesto por el momento”. Otros argumentan que la derrota de la armada española provocó el traspaso del control de los mares, de España a Inglaterra. El Profesor Mattingly contesta que antes de 1588 el poder marítimo inglés en el Atlántico había sido normalmente superior a las fuerzas conjuntas de Castilla y Portugal, y que así seguía siendo, pero tras 1588 el margen de superioridad disminuyó. La derrota de la Invencible no fue el final, sino más bien el comienzo de la Armada española”.
(...)
En breve, parece que la derrota de la Armada española, por potente y melodramática que fuera, pudo bien ser claramente algo inútil en sus resultados. Dicha derrota no parece haber conllevado grandes efectos, excepto acabar con la estrategia española que la tenía como maniobra principal. Este criterio seguro que viola los instintos patrios de todo inglés y la sensibilidad estética de todos nosotros. Un gran suceso debe tener grandes resultados, pensamos. Pero esta es la falacia de la identidad, que trataremos después.
Este es un ejemplo autocrítico donde se muestra como la historia vista desde el punto de vista de la historiografía clásica anglosajóna, es interpretada acorde con los deseos nacionalistas británicos, considerando la derrota de la Armada Invencible el punto de inflexión hacia el declive del dominio Español y comienzo del británico, culminandose en la Batalla de Trafalgar (la que realmente se considera que lo marcó). No solo esto es falso, sino que los anglosajones ignoran por completo la hazaña del Almirante español Blas de Lezo (Pasajes, Guipúzcoa, 1687), y la colosal derrota a la que fueron sometidos en el Sitio de Cartagena de Indias.

Y como muestra de algo más cercano y de lo que podrá ser si el nacionalismo catalán continua por la línea actual, según un estudio de la Fundació d'Estudis Històrics de Catalunya, el Descubrimiento de América ... ¡fue catalán!

Independientemente del origen de Cristóbal Colón, el descubrimiento de algún hecho relativo a el no puede modificar lo ocurrido hasta ahora. Por lo visto, esta fundación catalana (y catalanista, a tenor de lo visto), desea rebobinar la historia y reescribirla de nuevo. Como sumum de la falacia del historiador y el interpretar sucesos anteriores usando conceptos actuales, se tiene lo siguiente:
» 11.- En Colom hauria volgut ser president del Barça (¿Don? Colón hubiera querido ser presidente del Barsa)
Sin comentarios.

¿Cuál es la realidad? La reinterpretación histórica es una de las herramientas principales de exaltación nacionalista, tanto por regimenes totalitarios como el franquista imitado por los actuales nacionalismos periféricos, o en general, la de aquellos que hacen uso de su hegemonía y debilidad del oponente, para difundir estas falacias y justificar demagógicamente su supremacía en lo político, militar o económico normalmente, en lo mediatico en los últimos tiempos ... y casi nunca en lo moral.